domingo, 11 de octubre de 2020

Siempre puede ser peor , la magia del kirchnerismo.

 Que vuelva el «diputado chupatetas». Argentina lo perdona

Típico de la política argentina: a la salida de un impresentable le suele suceder la llegada de algo aún peor


La renuncia del diputado nacional kirchnerista por Salta, Juan Ameri, fue uno de los escándalos más grandes de la historia parlamentaria argentina. En el marco de una sesión legislativa, donde los representantes del interior estaban conectados virtualmente, Ameri apareció en la pantalla del recinto con su pareja (y asesora) encima, a los mimos y besos. El titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, interrumpió la sesión cuando el salteño tenía en su boca una teta de su novia y empleada.
El diputado «chupateta»  que en un primer momento se negaba a renunciar, cedió finalmente ante la presión de su bloque. En un principio, argumentó que no sabía que estaba «en vivo» ya que tenía problemas con Internet. Y su justificación con respecto a que estaba chequeando el estado de la cirugía estética mamaria de su pareja no lo ayudó en lo más mínimo. Todo lo contrario. Ni bien se comprobó que ella era también su asesora, los argentinos pasaron a lamentarse por la triste realidad: con sus impuestos también le «pagaron las gomas de silicona» a la novia de Ameri.

Pero como suele suceder en el reino de peronia, a la salida de un impresentable le suele suceder la llegada de algo peor. Alcira Figueroa era la «siguiente» de la lista sábana por la que entró el renunciado a la fuerza. La antropóloga salteña recibió el maná del cielo de una diputación absolutamente inesperada por los próximos tres años. En la jornada de ayer, la flamante diputada «electa», como la definió Massa, juró «por la Patria» y por otras cosas curiosas:

«Juro por los 30 000 desaparecidos, por mi hermanito Carlitos y toda la niñez muerta por desnutrición, por las mujeres y las disidencias, por los campesinos, criollos e indígenas, y juro por la madre tierra».

Con respecto a su juramento, si la diputada está preocupada por la desnutrición infantil, lo primero que tendría que hacer es abandonar toda la ideología económica estatista del kirchnerismo, que lo único que hace es multiplicar la pobreza. Pero su mención a los «30 000 desaparecidos» deja en evidencia que su compromiso no es con la verdad, sino con el relato político barato del progresismo nacional.
Claro que Ameri era uno del montón que cayó en el Congreso de la mano de las conexiones políticas del peronismo, ayudado por la infame lista sábana. Pero lo cierto es que es preferible tener un impresentable que no diga y haga nada al que le paguemos el sueldo (aunque incluso contrate a la novia de asesora) que otra ideologizada y contraproducente diputada izquierdista.





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