En los últimos años se ha convertido en una rutina que en los últimos días del año sin vocación ni provocación en los sueños nocturnos haga una especie de memoria y balance no del año en curso pero de otros del pasado .
Anoche ,volvieron los recuerdos e imágenes de cuando fuí marino mercante .En el crepúsculo , en el medio del Oceáno Indico .
Aquel paisaje era de una estremecedora soledad . La belleza del mar en el que se ve todo el horizonte despoblado , como una gran avenida vacía ; es el más hermoso y más dulce del mundo, pero al mismo tiempo el más terrible . Sólo el ver pasar otro barco en el lejano horizonte ,luego de veinte días sin divisar a nadie , calentaba el corazón .
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